Cuando abres la puerta y entras a tu casa con que sensación te encuentras, ¿das un suspiro de alivio? ¿O te agobias ante el montón de papales encima de la mesa del salón y la percha cargada hasta los topes de prendas de abrigo?
Nuestro hogar debe ser nuestro retiro del mundo, donde nos sintamos sosegados y a gusto. Así que si no es así como te sientes en casa, puede ser el momento de replantearse el diseño o la decoración. Para ayudarle en su búsqueda de la tranquilidad, aquí le presentamos siete maneras de convertir su hogar en un pacífico refugio del agetreado día a día.
1. Preguntesé a si mismo
Todo el mundo tiene una definición ligeramente diferente de lo que para él es un hogar tranquilo y acogedor, por lo que los expertos instan a los propietarios a que comiencen por hacer algunas preguntas personales, como "¿Quién soy yo?
"Por ejemplo, si los libros son una parte importante de tu vida y te hacen sentir a gusto, consigue una gran estantería y organízalos. Pero si la vista de todos tus libros te hace sentir estresado y te recuerda que tienes que estudiar para los exámenes, considera la posibilidad de ocultarlos en los armarios"
Sólo tenga en cuenta que una gran cantidad de desorden no es forzosamente malo si esos objetos le proporcionan felicidad.
2. Piense en la fluidez
Un hogar relajado es aquel que se puede recorrer fácilmente. Si por el camino te vas tropezando con el canasto del gato que está en la cocina o con una mesa demasiado grande en el salon que te impide llegar a tu estudio, perderás toda sensación Zen.
Trate de que su casa tenga fluidez, haga un esquema mental o escrito de una buena disposición para este fin y luego llevelá a acabo. Demasiados muebles o muebles excesivamente grandes podrían estar obtaculizando dicha fluidez, así pues seleccione y coloque su mobiliario con cuidado.
3. La tranquilidad comienza al entrar en casa
Volver a casa después de un día intenso de trabajo debe de ser un proceso de tranquilidad. En otras palabras, ¡no deje que su recibidor sea el almacén de las pertenencias de todos! Trate de tener un lugar donde cambiarse tranquilamente las zapatillas, disponga de un zapatero donde guardarlas, parchas con ganchos donde dejar esporádicamente los abrigos y disponga de un mueble recibidor donde dejar las llaves y el correo.
4. Organizacion del hogar
Lo habremos oído mil veces y lo seguiremos oyendo, hay que tratar de tener un hogar bien organizado. El desorden ocupa espacio y nos recuerda lo que aún está por hacer, y esto nos va a agobiar y eliminará cualquier posiblidad de encontrar la tranquilidad que deseamos tener.
Ya lo has oído antes, y sigue siendo cierto. El desorden puede agobiar a un propietario y matar cualquier posibilidad de serenidad.
De hecho, el desorden es la principal queja de los habitantes de la casa que además afecta a su estado de ánimo.
5. Defina las habitaciones
Defina las zonas de sus estancias para darles un mejor uso. Las zonas de la cocina le permitirán elaborar sus comidas, además ponga los uténsilios más utilizados en un sólo área; Si es amante de la música disponga de una zona para su equipo de música y mantenga sus discos fácilmante a mano; Y si fuera usted un lector empedernido hágase de un rincón para sus libros.
6. Deje que los colores le tranquilicen
Los colores pueden activarnos o relajarnos, según algunos expertos en colores cada color puede aportarnos una sensación.
- Blanco: Amplitud, tranquilidad y nos ayuda a concentrarnos.
- Verde: Tranquilidad, confianza y bienestar.
- Azul: Fomenta la armonía y la paz. Muy relajante y perfecto para las personas con estrés.
- Rojo: Pasión, intimidad, actividad, furia.
- Violeta: Reflexión, espiritualidad.
- Amarillo: Energético. Infunde vitalidad y favorece el optimismo.
- Naranja: Cálido y acogedor para el hogar.
Pero una talla no sirve para todos cuando se trata de colores que promueven la alegría. Una habitación totalmente blanca puede calmar a una persona pero molestar a otra. Busque por tanto, los colores que a usted le hagan sentir mejor y más relajado.
7. Elija la comodidad por encima de todo
Si tus sofas son impresionantes y quedan perfectos en su salón, pero nadie quiere sentarse en ellos ¿de qué nos sirven?
Siántase orgulloso de su casa, pero siéntese aún mejor.